¿El TDAH es un factor de riesgo para las adicciones?

El TDH como factor de riesgo de consumo de sustancias o adicciones.

El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) es un trastorno de inicio en la infancia, que se caracteriza por síntomas de inatención, hiperactividad e impulsividad. La prevalencia se sitúa en 6-9% de la población general (Faraone et. al., 2003). Durante años, se pensó que era un trastorno que afectaba únicamente a la población infanto-juvenil. Sin embargo, en el último tercio del siglo pasado se puso de manifiesto que los síntomas del TDAH no desaparecen al inicio de la vida adulta, sino que se mantienen en más del 50% de los casos (Wilens, 2004; Biederman et al., 2005).

Un porcentaje elevado de pacientes con TDAH presenta de forma comórbida otro trastorno psiquiátrico. Los estudios realizados apuntan que un 60% de pacientes diagnosticados de TDAH en la infancia presentan otra patología mental (Barkley, 2002; Fischer et al., 2002). En el caso de los adultos con TDAH, este fenómeno no es diferente, Biederman refiere que el 75% de los adultos con TDAH presentan trastornos comórbidos (Biederman et al., 1993). Por lo tanto, la comorbilidad lejos de ser una excepción, suele ser la norma en el TDAH tanto en niños como en adultos.

Tanto los trastornos por uso de sustancias (TUS) como el TDAH presentan una alta prevalencia en la población general, 3,8% y 4.4% respectivamente (Kessler et al., 2005 y 2006). Diferentes trabajos que han investigado la comorbilidad del TDAH indican que las tasas de abuso y dependencia de sustancias son más elevadas en sujetos con TDAH que en población general (Wilens et al., 1994; Levin et al., 1998; McGough et al., 2005).

Se ha hallado que entre un 32 y 53% de pacientes diagnosticados de TDAH en la infancia, presentaban un TUS a lo largo de la vida, mientras que en población sin TDAH se ha estimado en 27 (Biederman et al., 1995, Barkley, 2002; Davids et al., 2005). Un estudio reciente, confirma la alta prevalencia de TUS en pacientes con TDAH, encontrando en una cohorte de adultos con TDAH, que el 45% presentaba un TUS (Jacob et al., 2007). Respecto al tipo de tóxicos consumidos, los adultos con TDAH prefieren las mismas drogas que la población general, siendo la droga más común la marihuana (67%), seguida de cocaína (23%) y estimulantes (18%) (Sullivan et al., 2001).

Se ha identificado que el tabaquismo es sustancialmente mayor entre adultos con TDAH (40%) en comparación con la población general (26%) (Jacob et al., 2007) y que existe una diferencia significativa en relación con la persistencia de la adicción en pacientes con TDAH, especialmente entre adultos jóvenes, incluso controlando trastornos de la personalidad (Sullivan et al., 2001). En un reciente estudio sobre TDAH, tabaquismo y alcoholismo, se encontró que el 76.2% de los pacientes alcohólicos con TDAH presentaba altos niveles de dependencia de nicotina, mientras que entre pacientes alcohólicos sin TDAH, fue del 45.7% (Ohlmeier et al., 2007).

Los trabajos de investigación realizados en los últimos años han revelado que el TDAH es por sí mismo, un factor de riesgo para desarrollar un TUS (Biederman et al., 2005; Davids et al., 2005; Sharps et al., 2005; Elkins et al., 2007). En comparación a la población general e independientemente de otros trastornos psiquiátricos asociados, los pacientes adultos con TDAH tienen doble de riesgo de presentar una drogodependencia (Biederman et al., 1995). Si a ello se suma la presencia de un trastorno de conducta durante la infancia o de un trastorno antisocial de la personalidad en la vida adulta, el riesgo de desarrollar un TUS es aún mayor (Mannuzza et al., 2004; Szobot et al., 2008).

Las personas con un TDAH durante la infancia inician el consumo de sustancias a una edad más temprana y la evolución hacia un abuso o dependencia es más rápida que en las personas que no padecen este trastorno (Wilens, 1998; Bierderman et al., 1998; Spencer et al., 1998). En un estudio de seguimiento realizado por Biederman en 1998 se compararon 239 adultos diagnosticados de TDAH según criterios DSM-III-R con 268 adultos no TDAH. El estudio examinó los efectos del TDAH en el proceso de transición del abuso a la dependencia de una sustancia. Con relación a los controles, los pacientes con TDAH presentaron casi cuatro veces más probabilidades de progresar de un trastorno por consumo de alcohol a un abuso o dependencia de otra sustancia. Por otra parte, los pacientes con TDAH, tenían una probabilidad 5 veces mayor de que la dependencia de una sustancia se pudiese cronificar respecto a los controles. Asimismo, los pacientes con TDAH necesitaron una media de 4 años más que los controles para conseguir la remisión de la drogodependencia. Estos resultados se produjeron independientemente de la existencia de otro trastorno psiquiátrico comórbido (Bie derman et al., 1998). En otro trabajo, en el cual los pacientes con TDAH presentaban además otros trastornos psiquiátricos, se observó un riesgo 6 veces mayor de evolucionar desde el abuso de una sustancia hasta su dependencia (Mannuzza et al., 2004).

Escrito realizado por el Dr. En Psic. Carlos Augusto Rodríguez Durán.

Terapeuta en Emotions life center.

Fuente:

Ramos-Quiroga, J. A., Daigre, C., Bosch, R., Roncero, C., Nogueira, M., Gonzalvo, B., … & Casas, M. (2009). Conductas adictivas y trastorno por déficit de atención con hiperactividad en adultos.

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