Actualmente la Organización Mundial de la Salud, clasifica al tabaquismo como un trastorno mental y del comportamiento, quedando así recalcado que no solo se trata de un simple mal hábito. Se caracteriza por ser (al igual que otras adicciones) como una enfermedad crónica, recidivante y degenerativa.
Se sabe que el tabaco es una de las sustancias con mayor grado adictivo y por ser de uso legal, su acceso y múltiples presentaciones son altamente accesibles y por lo tanto, generan un mayor riesgo para la población en general.
El tratamiento para el consumo de tabaco, comienza principalmente por la decisión firme del paciente de dejar de fumar y en la mayoría de los casos se hace la combinación de los fármacos con la terapia psicológica.
Los síntomas de una persona con tabaquismo son:
- Deseo imperioso por fumar
- Dolor de cabeza
- Alteraciones del sueño
- Tos frecuente
- Incremento de presión arterial y frecuencia cardiaca
- Disminución del apetito
- Variaciones en el estado de ánimo